Santander no tiene restos interesantes que visitar...se quemó todo en el incendio...no queda nada...es una ciudad de veraneo, sin mucho que ver...
¿Te suena?
Los santanderinos solemos ser pésimos embajadores de la historia de nuestra ciudad. Sí, es cierto, hubo un gran incendio en 1941 que arrasó con prácticamente todo el trazado de la antigua villa medieval, surgiendo en su lugar una ciudad completamente nueva y diferente. También es cierto que otros muchos ejemplos del pasado urbano sucumbieron, no por el fuego, sino por mentalidades de otras épocas que primaron aspectos como el crecimiento y saneamiento de la ciudad por encima, desgraciadamente, de muchos de sus vestigios patrimoniales.
Pero también es cierto que aún quedan muchas cosas que sí se pueden ver y reconocer, probablemente más de las que imaginas. Y no solo en forma de edificios o ruinas: la ciudad nos está hablando a través del nombre de sus calles; de su orografía (¿por qué aquí hay tantas cuestas?...¿por qué más allá todo parece llano?...); de historias y leyendas; de los recuerdos de personas que aún viven y rememoran el final de una época, de un barrio, de una manera particular de vivir... o que han escuchado estos relatos a sus padres, a sus abuelos...... Quizá incluso tú eres una de ellas.
Desde aquí, queremos enseñarte esa Santander que aún tiene mucho que contar. Sus inicios romanos, su pasado de villa medieval, sus épocas más difíciles, la recuperación a mediados del siglo XVIII gracias al impulso del comercio trasatlántico, de la llegada del tren, de la banca y del turismo, de los veranos de la UIMP...Los recuerdos dolorosos de la explosión de Machichaco o del incendio de 1941...la recuperación de la ciudad bajo una nueva perspectiva, destinada a modernizarla tras la guerra...y el Santander de los últimos años, del Mundial de Vela, de los nuevos proyectos museográficos o del arte urbano...
Como si la propia ciudad nos quisiera compensar, tantos años después, de tantas pérdidas irreparables, hoy se están descubriendo nuevas evidencias arqueológicas que nos reconectan con ese pasado que creíamos perdido y nos regalan nuevos restos, nuevas interpretaciones. En definitiva, una nueva visión de esta ciudad tan vieja en sus calles, en su alma, y un poco falta, quizá, de ese orgullo que ostentara tiempo atrás.
En este curso queremos hablar de Santander, enseñar sus entrañas a los que siempre han vivido aquí, a los que están conectados con ella de alguna manera, y en general a todo aquel visitante que quiera conocerla a fondo y rescatar su pasado. A pie de calle iremos comprendiendo su historia y evolución, descubriendo sus secretos, acercándonos a cada pequeño detalle. Pero también haremos hueco para conocer y visitar otras facetas como sus espacios verdes y zonas naturales, sus museos, sus zonas de producción e infraestructuras y cualesquier recurso que nos ayude a completar el puzzle de realidades que representa hoy. Y si nos recibe con lluvia, con su característico nordeste o con cualquier otra inclemencia que nos indique que ese día no quiere recibir visitantes curiosos, haremos uso de un extenso material para, a cubierto, desentrañarla a base de fotos, de planos, de libros de viajes sobre Santander y su provincia escritos por personajes oriundos y por visitantes extranjeros. Usaremos también de los más modernos recursos que nos ofrecen las redes hoy en día, y también aprovecharemos para conocer qué proyectos existen para divulgar su historia y patrimonio mediante visitas a centros de interpretación, recorridos temáticos o charlas con otros integrantes del tejido cultural de la ciudad.
Y ahora, ¿sigues creyendo que en Santander no hay nada que ver...?
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